Lo que hoy se conoce como Halloween tiene su origen en el Año Nuevo celta llamado Samhain, cuando el mundo terrenal se conectaba con el Sidh (el Más Allá), celebrado especialmente en Irlanda y Escocia.
Se realizaba una ceremonia en nombre de los muertos, dirigida por los druidas, que exigian un sacrificio humano por cada familia pagana, Si la familia se negaba a entregarlo, los druidas marcaban la vivienda con símbolos que permitian a los espiritus entrar. Si cooperaban de acuerdo a las tradiciones, los brujos druidas les regalaban una calabaza que cumplía la función de ahuyentar a los malos espectros.
Esta celebración se dio a conocer en el resto del mundo durante La Gran Hambruna Irlandesa, cuando más de la mitad de la población irlandesa emigró a los Estados Unidos. El Año Nuevo celta pasó a ser entonces una mera fiesta popular, donde se cambiaron los sacrificios humanos por dulces y los símbolos malignos en huevos o papel higienico.
Muy interesante, Norah.
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