Quijoterías (6) Destinos


Yo tengo más armas que letras, y nací, según me inclino a las armas, debajo de la influencia del planeta Marte, así, que casi me es forzoso seguir por su camino, y por él tengo de ir a pesar de todo el mundo, y será en balde cansaros en persuadirme a que no quiera yo lo que los cielos quieren, la fortuna ordena y la razón pide y, sobre todo, mi voluntad desea; pues con saber, como sé, los innumerables trabajos que son anejos a la andante caballería, sé también los infinitos bienes que se alcanzan con ella y sé que la senda de la virtud es muy estrecha, y el camino del vicio ancho y espacioso; y sé que sus fines y paraderos son diferentes, porque el del vicio, dilatado y espacioso, acaba en muerte, y el de la virtud, angosto y trabajoso, acaba en vida, y no en vida que se acaba, sino en la que no tendrá fin.

(Don Quijote, II, VI)




Hace ya mucho tiempo que sé que el destino no está escrito en las estrellas, que lo vamos diseñando y prefigurando nosotros mismos con nuestros pensamientos, nuestra voluntad y nuestros hechos. Que somos absolutamente responsables de nuestros actos, o que, si no lo somos -a fuer de ignorantes o mal educados-, sí existe responsabilidad intrínseca en el acto, responsabilidad que hay que asumir al menos socialmente, aun a pesar de nuestra presumible inocencia individual.
¿Por qué digo esto? Yo creo que lo dice mucho más claro la cita del Quijote que sirve de preámbulo a este artículo. Cansados hasta la saciedad estamos de padecer innumerables casos de corrupción política, de estafas macroeconómicas, de cohechos y prevaricaciones, de abusos e ignominias nefandos, precisamente a cargo de quienes eligieron -sí, eligieron, a sabiendas del alcance abominable de su elección- el camino del vicio ancho y espacioso. Y claro, al final, como estaba “escrito”, no hallan otra cosa que la muerte, o el castigo, o la cárcel, o la vergüenza y el oprobio de la deshonra. Pero esto es sólo la punta del iceberg del vasto entramado del vicio, lo que se denuncia y sale a la luz pública y acaba en los tribunales de justicia. ¿Y la inmensa mayoría de quienes aún no fueron -ni serán nunca, muy probable- descubiertos ni juzgados y siguen extorsionando y se siguen lucrando sin escrúpulos aparentes? Yo creo que en su más recóndito fuero interno se saben culpables, o si no lo saben conscientemente, sí lo vislumbra o lo intuye su inconsciente, su aletargada y escondida conciencia que allá en lo hondo de su profundo infierno aún late y le replica débil pero incansablemente y, al final, de forma torturadora. Yo creo -y me instalo en el territorio de las creencias, que no de las ciencias- que hay como un fondo común, una especie de estándar de la conciencia que nos iguala a todos los seres humanos y que distingue perfectamente entre el bien y el mal, entre lo justo y lo injusto, entre el daño y el amor, entre lo vacuo y estéril y lo pleno y fecundo. Sigo creyendo -y si es un sueño, que no despierte nunca- en la ley universal del amor que constituye el verdadero motor del destino y que regula el movimiento, la dirección y el sentido del cosmos, del cual somos las personas inapreciables pero sustanciales partículas. No creo en la bondad del cosmos, en el que cada día se crean y se destruyen infinidad de galaxias, en el que cada segundo que pasa se crean y se destruyen formas de vida. Pero sí creo en su sentido, inexplicable, misterioso, insondable, pero existente.
¿Por qué elegir entonces el camino de la virtud, angosto y trabajoso? Pues porque rebosa de vida, porque desemboca en la vida, porque nos invita a vivir con desprendimiento, con elemental simplicidad, en la riqueza insobornable e inabarcable del ser desnudo y semejante a sus semejantes. Porque nos hace felices, así de sencillo, y -lo más importante- partícipes ya, aquí y ahora, de la eternidad.

Paco Ayala Florenciano

¡Con la que está cayendo!

Llueve, sí, y mucho en esta época de crisis, corrupción, guerras, piratas, hambre, gripe A, cambio climático, exámenes... Pero la lluvia nos trae también palabras para calmar el alma, palabras como las que siguen. Éstas y otras las encontraréis en el número 27 de Páxina, a partir del día 14 de diciembre, en la Biblioteca del Centro.









SON CUENTOS


NICOLÁS Y LA BOBINA QUE SE CAYÓ

Un día de 1949 Nicolás iba paseando cuando, de repente, se le cayó su muñeco de imán preferido a una alcantarilla. Su hermana Inés estaba haciendo un trabajo de costura cuando, de pronto, se le cae la bobina de coser. La bobina echó a rodar calle abajo cuando Nicolás choca contra ella: había tenido un golpe de suerte. Una bobina de metal justo para coger el muñeco de imán. Cuando lo consiguió coger marchó para su casa y vio a Inés llorando:
-¿Qué te pasa?- le preguntó-
-He perdido mi bobina –dijo ella-
Nicolás se dio cuenta de que la bobina con la que había salvado a su muñeco era la de su hermana. Todo se solucionó felizmente.
René Montoto. 1ºESO-A


Pepe se levantó de la cama. Había dormido mal, entre otras cosas, por el mal estado del colchón. Ya le habían despedido, había comprado un coche a plazos y no podía pagarlo y además estaba la hipoteca.
 “Ya no me puede pasar nada peor”, se dijo. Pero estaba equivocado, y se fue a pedir un préstamo al banco aun sabiendo que no lo podía devolver. En la calle hacía unos 26º y era invierno. El día anterior leyó en “El País” una oferta de empleo aceptable de cajero. Decidió probar suerte y lo admitieron en el trabajo. Pero al estar desesperado lo pillaron robando de la caja registradora al segundo intento.
 Se rasgó los pantalones y pidió limosna mientras mantenía una “interesantísimaconversación de lo que había sido antes con los demás desgraciados que pedían limosna.
 Los del banco, al reclamar las deudas, tuvieron que embargarle casi todo lo que tenía, incluida la casa. Tenía 3 opciones: una suicidarse, dos vivir en una caja y tres vivir debajo de un puente.
Al día siguiente lo encontraron muerto donde estaba su casa.

Bruno Rodríguez García. 1ºESO-B


Estamos en verano y hace un calor horrible, tanto que las velas de mi cumpleaños se derritieron antes de poder siquiera colocarlas en la tarta. El termómetro marca casi sesenta grados.
La fiesta ha terminado y mi abuelo me hace el mejor regalo que nadie ha podido hacerme nunca. Sabe que me encantan los momentos en que nos sentamos los dos juntos en el sillón y me cuenta historias, bonitas historias de cómo era todo antes. Hoy hace lo de siempre, se sienta en el sillón y me dice:
-Este es mi regalo, un bonito libro que explica cómo era todo antes. Con verdes y bonitos paisajes y abundancia de flores y animales, debido a las agradables temperaturas, no como ahora que hace mucho calor y tan solo se ven amarillos y solitarios paisajes. Y has de saber una cosa, este horrible cambio se debe a que cuando nos advirtieron que esto pasaría, nos reímos y nadie hizo nada para evitarlo.
Claudia Rendueles. 1ºESO-B


Silvia tiene 13 años y vive en Zorana.
Zorana es una ciudad con costa; bueno, tiene costa desde hace 20 años porque con el cambio climático todo el norte de España quedó inundado .
Hoy es martes 13 del 2070. Silvia aún está en la cama y su madre grita "venga, Silvia, que hoy vamos ir a dar una vuelta en barco ". Silvia contesta "vale". Mira por la ventana y se entristece al ver que hoy también hace sol y piensa "lleva 2 meses sin llover, ya vale, ¿eh?”. Después de 2 horas suben al barco y cuando ya llevan navegando muchas millas el barco empieza a ir más despacio y cada vez más hasta que de repente choca contra un árbol. Miran al horizonte y se dan cuenta de que está nublado. Deciden bajarse y dar una vuelta cuando se dan cuenta de que ¡están en Villaviciosa!
Blanca Rey. 1ºESO-B

MIS SENTIMIENTOS

Eres la razón por la que me levanto cada día, porque tu dolor es mío y nadie te separará de mí. Si te hundes, te recogeré y te repararé con el amor de mi corazón. Por ti haría cualquier cosa. A veces pienso que no existo para ti. Cuando sueño contigo es un final feliz y cuando tengo una pesadilla me alejan de ti. Pero es un sueño no es una realidad; yo sé que en ella nunca me querrás. Pero yo aquí no sé, sólo sé que te esperaré.
David Cabañas Pérez. 1ºESO-C

LA CRISIS

Hola, me llamo Sara y esta es la historia de mi familia. En mi familia somos tres: mi padre -se llama Alberto, mi madre -Marta- y yo. Mi padre era agente inmobiliario y ganaba dinero suficiente para mantenernos; mi madre era ama de casa y llevaba la economía del hogar y lo que sobraba se lo gastaba en sus caprichos (pendientes, vestidos...); y yo, estudiando en un instituto privado, sacaba mala notas y por eso tenía cinco profesores particulares.
Un día mi padre llegó llorando a casa porque sus ventas habían bajado un 80% al trimestre (y encima este año habían hecho obras en la oficina y debían un crédito) y estaba en la ruina. Durante tres meses estuvimos exprimiendo cada centavo sin gastar un euro de más, pero no valió de nada. Al cumplir los tres meses y una semana nos embargaron la casa y todos los muebles, ¡todo lo que había en ella! No nos dejaron ni coger la ropa.
Ahora estamos debajo de un puente, con la comida y los muebles que tira la gente. Y todo eso por culpa de la crisis.
¡Vaya mierda!
Julio Riva Valle. 1ºESO-C


MALDITOS EXÁMENES Y MENTIRAS

Malditos exámenes
antojo del mal demonio
causantes de tantos lloros
y de falsos testimonios
mentiras ya son continuas
grandes como catedrales
chavales son los culpables
con castigos habituales
padres crueles como perros
ciertas madres protectoras
pero exámenes suspensos
y te dicen: "¿ahora lloras?
trabaja, no más mentiras
hijo mío, si no estudias
no serás nada en la vida"
Daniel Castro González. 3ºESO-A

Llevábamos casi cinco meses cuando me dijo que el amor no entendía de crisis, que aquella silenciosa y fría sala no haría dudar lo que creía sentir. Vi en sus ojos que decía la verdad, y sus delgados dedos apretaban los míos transmitiéndome una pequeña fuerza, una firmeza sobre la que supe que íbamos a crear un futuro, que apenas sin hablar nos estábamos prometiendo. Miramos a nuestro alrededor y todo eran caras largas esperando una llamada, miradas de anónimas historias que esperan cada día ser mejoradas. Todos desconocían la felicidad que nosotros poseíamos y no nos resultó extraño. Al fin y al cabo, no todo el mundo encuentra el amor en una triste oficina del INEM.
Marta García. 3ºESO-B


NO ES CUENTO



MUJERES MALTRATADAS

Cada día que pasa aumenta el número de mujeres maltratadas en España y lo peor de todo es que no denuncian a sus parejas por miedo o por que están amenazadas. ¿Crees que esto tiene solución? Yo creo que sí, si esas mujeres son fuertes y se rebelan como debieron hacer hace mucho tiempo. Esperemos que el número de mujeres maltratadas disminuya cuanto antes.
MUJERES DE ESPAÑA DAD ESE PASO: ESTAMOS CON VOSOTRAS, SIEMPRE.
Yaiza Rodríguez Peña. 3ºESO-A



 La crisis económica es algo que nos lleva de cabeza desde hace ya tiempo y para la mayoría del mundo es un tema que está más que visto.
No obstante, los más perjudicados ante la crisis pueden llegar a ser los jóvenes de la generación de los 90, debido a la nueva propuesta del Ministerio de Educación, que es más que alarmante para los jóvenes de entre 13 y 18 años.
Por la crisis, el paro ha aumentado por la falta de trabajo. Pero, con la que está cayendo, ni los estudiantes que dejan de estudiar para trabajar, ni sus propios padres, se dan cuenta de que en esta situación económica tener trabajo es un privilegio.
A estos jóvenes se les llama "nini". Se les llama así porque dejan de estudiar para trabajar y, como no hay trabajo, pues ni trabajan ni estudian. Ante esto la mencionada propuesta del Ministerio de Educación ha sido ampliar el período de educación obligatoria hasta los 18 años. ¿Qué se gana con esto? Pues, en principio, se pretendería disminuir la delincuencia, pero, en mi opinión, lo que se logrará son numerosas protestas de los jóvenes.
Marianni Sena. 1ºBHCS




Agobiados por la crisis de los ricos, no nos queremos enterar de la crisis de los pobres. Hasta la ONU se ha dado cuenta de que millones de personas se están muriendo de hambre y sed y de que van a morir muchas más. Si el mundo del siglo XXI no puede evitar este disparate de los precios, si el planeta del XXI no es capaz de conseguir que la gente no se muera de hambre, ha llegado el momento de hacer algo. La verdadera crisis no es la de las hipotecas: es la del hambre.
La crisis de los ricos es terrible porque nadie la entiende, porque nadie sabe hasta dónde llegan las deudas, porque nadie se atreve a saber hasta dónde alcanzan las pifias que han cometido los bancos. Lo que vemos debajo de tanta basura es que el sistema está podrido, que siempre lo ha estado. Hemos perfeccionado tanto la codicia que ya no hay forma de saber qué está pasando. Los estados se van a quedar sin dinero, las instituciones internacionales del dinero están ya sacando las cosas por la puerta de atrás. todos esperan en las azoteas de sus lujosos rascacielos. Pero la verdadera crisis, que forma parte del mismo mundo y del mismo sistema, es que cuanto más y mejor se produce, más hambre se pasa. Cuantas más redes, más inteligencia y más información, más millones de personas agonizan sin comida y trabajan por un euro de sol a sol.
La solución pasaría por una democracia de verdad, la que aún no nos hemos atrevido a imaginar. El verdadero problema no es el cambio climático, sino el cambio de ideas.
Salomé Martín. 1ºBHCS

Quijoterías (5) Verosimilitudes

—¡Bueno está eso! —respondió don Quijote—. Los libros que están impresos con licencia de los reyes, y con aprobación de aquellos a quien se remitieron, y que con gusto general son leídos y celebrados de los grandes y de los chicos, de los pobres y de los ricos, de los letrados e ignorantes, de los plebeyos y caballeros..., finalmente, de todo género de personas, de cualquier estado y condición que sean, ¿habían de ser mentira, y más llevando tanta apariencia de verdad, pues nos cuentan el padre, la madre, la patria, los parientes, la edad, el lugar y las hazañas, punto por punto y día por día, que el tal caballero hizo, o caballeros hicieron? Calle vuestra merced, no diga tal blasfemia y créame que le aconsejo en esto lo que debe de hacer como discreto, sino léalos, y verá el gusto que recibe de su leyenda.
(Don Quijote, I, L)


¡Ah, el refugio de los libros! El bálsamo benéfico de las palabras que nos acogen en su mundo de ensueño, en su paraíso onírico donde todo es posible, donde los imposibles cotidianos y sus miserias fracasan ante el poder omnímodo del verbo enriquecido por el arte literario.
Cada vez entiendo más a nuestro Quijote. Inmerso en su fantasía impenitente se resiste hasta la muerte a bajar al ruedo acechante y movedizo de la cruda realidad. Heroico y sublime desacierto para no errar en lo verdaderamente importante: el ser, que no el tener. Delirante desvarío para degustar y disfrutar la ingrávida existencia.
Difícil equilibrio el suyo -y el nuestro, el de sus quijotescos herederos- para navegar sin rumbo cierto pero sí verosímil, para sortear los escollos, encajar los envites y volar con alas imaginarias sin perder de vista el horizonte y con un pie siempre en la tierra. Difícil, sí, pero no imposible. Y si no, aquí están estas letras que cada semana salen al aire virtual de la red de redes y con las mismas se desvanecen en su atmósfera evanescente e inestable. Pero aun a sabiendas de tan palmaria inconsistencia, el que suscribe no echa cuentas de ello y lanza mensajes como botellas de náufrago a los siete mares, aun a riesgo de perderse en la corriente, o de no llegar nunca a destino alguno, de que nadie los lea y menos aún los responda.
Así que volvamos al mundo iniciático de los libros, conversemos con sus personajes, empapémonos de sus emociones -que son las nuestras-, sintamos el placer de la belleza imaginada y recreada en nuestra mente lectora, aventurémonos, sin miedo, en viajes sin fronteras, ilimitados e irreductibles. Y vivamos, al fin, la vida con más intensidad, con más pasión, con más denuedo, sin importarnos ni la fama, ni el poder, ni el placer adocenado, fútil y voraz de los escaparates. Lo que realmente buscamos y necesitamos está tan al alcance de nuestras manos, tan cerca, tan dentro de nosotros mismos como nuestra lengua madre capaz por sí sola de dar entera satisfacción a nuestros deseos primordiales. Sólo que... nos parece inverosímil.
No me resisto a cerrar mi encendido panegírico de las letras sin citar nuevamente a Cervantes:
... es más el número de los simples que de los prudentes; y que, puesto que es mejor ser loado de los pocos sabios que burlado de los muchos necios, no quiero sujetarme al confuso juicio del desvanecido vulgo...

(Don Quijote, I, XLVIII)



Paco Ayala Florenciano

Más A, B, C, D



Algunos alumnos, que prefieren permanecer en el anonimato, quieren compartir con nosotros (fuera de concurso) las siguientes definiciones imposibles. Aquí las tenéis:







Arañazo
1. La acaricia de un gato.
2. Acariciar con ganas a una persona.

Apresar
1. Acción que hace alguna gente cuando dan comida gratis.
2. Poner contra la pared a tu jefe.

Bombonera
1. Lugar en el cual hay muchas tías buenas.
2. Local donde se reúnen los bombones de chocolate.
3. Nombre de mujer que dicen los albañiles vulgares cuando pasan por donde ellos deberían de estar trabajando.

Barrer
1. Acción de menear el palo con los pelos boca abajo.
2. Coger una escoba y arrastrarla por el suelo para limpiar la porquería que ensucian los hombres.

Chantaje
1. Hacer lo que sea para hacer lo que te dé la gana.
2. Insinuaciones que le haces a tu jefe para que suba el sueldo.

Canasta
1. Lugar donde te apetece meterla cuando estas a solas con la chica de tus sueños.
2. Meter gol en la portería del baloncesto.

Director
1. Jefe de la manada.
2. Persona que no tiene ni voz ni voto en un asunto.
3. Persona que salpica a los músicos con su varita.

Delante
1. Algo que jamás alcanzarás.
2. Persona que se pone el primero porque se cree superior.

Gracias por vuestra participación.

RUTAS CIENTÍFICAS - Actividades

Los alumnos de 1º de Bachillerato participantes en el proyecto de “Rutas Científicas” han realizado ya diversas actividades en las que han tenido que ponerse en contacto con diferentes centros de España, como son: Sevilla, Zaragoza y Pontevedra.

MIDIENDO LA LONGITUD DE LA TIERRA

La primera actividad realizada tuvo lugar el pasado 26 de octubre. El experimento se basaba en un sistema para medir la longitud de la Tierra puesto en marcha por el griego Eratóstenes. Los alumnos estuvieron trabajando desde las 12:50 hasta 13:30 aproximadamente, su trabajo consistió en medir la sombra que proyectaba el gnomon (objeto utilizado para medir la altura según la sombra al mediodía) para determinar la hora exacta en la que se producía el mediodía solar. Es decir, el momento en el que dicha sombra era la más corta y por lo tanto el momento exacto del mediodía. Es importante determinar ese momento porque así la medida de la sombra determinará el ángulo necesario para medir el radio de la tierra. Ese momento depende de la latitud, longitud y fecha del año por lo que ningún día es exactamente a la misma hora. Para poder realizar el experimento no vale con realizar las medidas solo en un sitio con lo que los alumnos estuvieron en contacto durante toda la actividad con los centros mencionados arriba.


VIDEOCONFERENCIA

La segunda actividad consistió en una videoconferencia que se realizó el pasado martes día 10 de noviembre, en la que simultáneamente estuvieron en contacto con los centros de Sevilla, Pontevedra y Zaragoza y con un científico del CIEMAT, Pablo García. Aunque hubo algún que otro problema técnico al final la misma se pudo realizar. Pablo había preparado una presentación sobre la física de partículas pero también se habló del acelerador de partículas de Suiza.




Carolina Pérez Acebo y Sara Tomás Suárez

Quijoterías (4) Anagnórisis

Acudió el capitán a abrazar a su hermano, y él le puso ambas manos en los pechos, por mirarle algo más apartado; mas cuando le acabó de conocer, le abrazó tan estrechamente, derramando tan tiernas lágrimas de contento, que los más de los que presentes estaban le hubieron de acompañar en ellas. Las palabras que entrambos hermanos se dijeron, los sentimientos que mostraron, apenas creo que pueden pensarse, cuanto más escribirse. Allí, en breves razones, se dieron cuenta de sus sucesos; allí mostraron, puesta en su punto, la buena amistad de dos hermanos; allí abrazó el oidor a Zoraida; allí la ofreció su hacienda; allí hizo que la abrazase su hija; allí la cristiana hermosa y la mora hermosísima renovaron las lágrimas de todos.
(El Quijote, I, XLII)


¡Qué feliz encuentro, qué feliz reconocimiento (anagnórisis) de los personajes en la venta a la que han conducido, como por arte de birlibirloque, las hazañas de nuestro ingenioso caballero! Y este sentimiento universal de compasión, de confraternización, de compulsión amorosa, se contagia también al lector, que llora, y se emociona, y se compadece, y goza, y se llena de júbilo y se inflama de amor extrapolando las vivencias ficticias ajenas de lo novelado a la vivencia real y propia. Uno se imagina y revive el reencuentro con sus familiares en esta próxima navidad, o con sus amigos de toda la vida que hace justamente un año que no ha vuelto a ver, o con su misma tierra que le vio nacer y de la que se exilió hace más de veinte años... ¡Y qué olvidadas en nuestros tiempos de prisas, de comida rápida, de estímulos por doquier, las expresiones de los sentimientos, tan simples, tan primitivas, tan humanas, tan verdaderas como el suspiro, el lamento, el llanto y sus lágrimas, o la sonrisa abierta, la risa profunda y expansiva, el elogio sincero, la caricia afectiva, el abrazo fundente, la alegría manifiesta! ¡Pero qué reconfortante, qué salutífero, qué pleno y esencial sentirlo y mostrarlo a corazón abierto!
Acabo de regresar de un curso de 12 horas sobre Comunicación No Violenta (CNV) y me he dado cuenta -en carne propia, es decir, por propia experiencia- de lo inhibido y amputado que me hallo y nos hallamos el común de los seres humanos a tal respecto. Juegos o estrategias tan simples como salir al centro del semicírculo y contar a los compañeros cursillistas una experiencia, los sentimientos que despierta y las necesidades elementales que revela era algo tan simple como extraño y difícil. ¡Madre mía -me digo- en qué niveles comunicativos estamos! ¡En pañales todavía! Tanto progreso técnico, tanta educación reglada y para todos, tantos medios de comunicación a nuestro alcance... y tanto miedo, tanta regresión, tanta impotencia para desvelar a los demás nuestra auténtica identidad, lo que realmente sentimos y necesitamos como individuos sociales que somos. Y lo más curioso y al mismo tiempo impactante de todo es que todos los hombres y todas las mujeres de la tierra tenemos en común la misma carta de sentimientos y necesidades, el mismo arsenal de motivaciones y capacidades aunque bajo formas o apariencias diversas, pero los mismos mecanismos universales. La diferencia fundamental es luego cómo lo gestiona cada uno, de qué recursos echa mano o el grado de eficacia comunicativa que resulta de su interacción con el otro.
En fin -y acabo ya-, no tenemos escapatoria, no hay evasión posible, no hay otra salida que vencer el miedo y atreverse, primero, a sentirnos a nosotros mismos, a conectar con nuestro yo, a captar y aceptar todo ese caudal de energía circulante y viva que bulle y pugna por emerger y darse y, acto seguido, a escuchar al otro, a experimentar la conexión con sus sentimientos y con sus necesidades que, al final, resultan ser de la misma sustancia y entidad que los nuestros y entonces, llegados a este punto álgido, efectuar el intercambio, dar y recibir, reconocerse -¡ah, bendita anagnórisis!- y caminar juntos hacia un mundo nuevo que ya, desde este mismo momento, se está haciendo posible.

Paco Ayala Florenciano

La gripe A de hoy en día.

Pasos para reconocer la gripe A:

1º- Ojos rojos y fiebre.
2º- Moquillo colgando.
3º- Pijama cómodo de casa.
4º- Consola de avanzada generación.
5º- Videojuego de Navidad.
6º- Videojuego del vecino.
7º- Videojuego de tu primo.
8º- Rollo de papel higiénico.
9º- Televisión de alta generación.
10º- Y mucho, pero que mucho, cuento.

Gonzalo Cándenas Melgarejo

A, B, C, D


Tenemos nuestra primera selección de definiciones imposibles de la A a la D:

Cala: planta que cuando la coges te calas o te mojas por completo.
Jessica Paraja (1º ESO-A)

Ademán: persona procedente de Ademania.
Anonadar: nadar con el culo.
Bisnietos: que tiene dos nietos.

Claudia Rendueles (1º ESO-B)

Canasta: cuando al asta le sale una cana.
Arriñonado: riñones con forma de a.
Bigotera: donde se guardan los bigotes.

Blanca Rey (1º ESO-B)

Apiolar: planta umbelífera de la familia del apio.
Barbudo: Gentilicio de las Islas Barbados.
Cantera: canción antigua a la diosa Hera.

Bruno Rodríguez (1º ESO-B)

Acerca: letra a que está cerca.

Daniel Tascón (1º ESO-B)


Gracias por vuestras colaboraciones. Y no olvidéis que habrá premios.

La inspiración

Aunque hay personas que creen que la escritura debe ser espontánea, fruto de la inspiración, un regalo de los dioses; lo cierto es que la musa ha de encontrarnos siempre trabajando, como decía el pintor Paul Cézanne.
Antes de empezar a redactar, necesitamos saber qué queremos contar, cómo queremos contarlo y dónde queremos que nos lleve eso que contamos. Por eso, para hacértelo más fácil la tarea de esta semana establece las pautas que siguen.

Tarea del taller:
  • Elige un tema de actualidad que te preocupe o interese: la gripe A, la crisis, la lluvia otoñal, los exámenes del primer trimestre...
  • Escribe algo sobre ese tema: invéntate una noticia, da tu opinión sobre él, conviértelo en protagonista de un relato, compón un poema que lo lleve por título.... Sé breve, muy breve.
  • Trata de sorprender a los lectores, haciéndoles reír, llorar, pensar, soñar...

Puedes enviar tu escrito a elmaguillo@gmail.com

o entregárselo a tu profe de Lengua.

El martes 24 publicaremos los mejores.

Quijoterías (3) Cuéntame un cuento.


—Vos tenéis mucha razón, amigo —dijo el cura—, mas, con todo eso, si la novela me contenta, me la habéis de dejar trasladar. —De muy buena gana —respondió el ventero. Mientras los dos esto decían, había tomado Cardenio la novela y comenzado a leer en ella; y, pareciéndole lo mismo que al cura, le rogó que la leyese de modo que todos la oyesen. —Sí leyera —dijo el cura—, si no fuera mejor gastar este tiempo en dormir que en leer. —Harto reposo será para mí —dijo Dorotea— entretener el tiempo oyendo algún cuento, pues aún no tengo el espíritu tan sosegado, que me conceda dormir cuando fuera razón. —Pues desa manera —dijo el cura—, quiero leerla, por curiosidad siquiera: quizá tendrá alguna de gusto. Acudió maese Nicolás a rogarle lo mesmo, y Sancho también; lo cual visto del cura y entendiendo que a todos daría gusto y él le recibiría, dijo: —Pues así es, estenme todos atentos; que la novela comienza desta manera:
(Don Quijote, I, XXXII)

Así finaliza el capítulo que da comienzo a la novela del “Curioso impertinente” que Cervantes intercala en su Quijote. Y me ha llamado la atención algo tan nimio y normal en aquella época como era leer cuentos o novelas en familia, o entre amigos, llegada la noche y antes de acostarse. Sobre todo en noches como éstas últimas de fuerte temporal en Asturias, de frío, copiosas lluvias y nieve en la cordillera. ¿Qué mejor ocasión que ésta para dejarse llevar por la imaginación y, al calor de la lumbre -mejor, miel sobre hojuelas- contar historias sin cuento y soñar despierto antes de abandonarse a los dulces brazos de Morfeo? ¡Qué tiempos!
Ahora nos abandonamos a la némesis televisiva que añade más caos y confusión a nuestra mente cansada de bregar toda la jornada y luego nos provoca pesadillas o insomnios. Ahora nos cuesta trabajo entregarnos a la página impresa y poner voz, cara, color y contornos a lo que nos pintan estos garabatos alfabéticos que llamamos palabras. En lugar de pasar páginas, devorar capítulos y apasionarnos con la lectura, preferimos zapear con el mando a distancia e ir picando de cadena en cadena como infame turba de nocturnas aves revolviendo en el vertedero. ¡Malos tiempos para la literatura!
No sé si de este nocivo encantamiento herciano nos sacarán con los pies por delante o habrá algún milagro que nos rescate a tiempo. No lo sé, a fe mía, pero es muy posible que, paradójicamente, sea la tecnología la que lo vaya a hacer en forma de e-book o libro electrónico. Por lo que tengo leído en reseñas periodísticas u oído en tertulias radiofónicas, este invento va a revolucionar -para bien, siempre para bien, no seamos gafes- el panorama lector sobre todo de la población más joven: soportes informáticos en los que cabrán miles de libros que el usuario podrá personalizar y que dispondrán de accesorios llamativos como sonido, música, imágenes, ilustraciones, animaciones, vídeos... y hasta de una voz (a elegir también a capricho) que podrá leerte el libro, como hizo el cura en el episodio del Quijote ante su embelesado auditorio.
Lo que también me llamó la atención leyendo estos capítulos de la ingeniosa novela cervantina fue que mientras todos los habitantes de la venta escuchaban atentos y sin parpadear la lectura del “Curioso impertinente”, don Quijote permanecía en su camastro soñando con aventuras caballerescas y, sonámbulo, descabezando dragones que no eran sino cueros de vino tinto. Así que se perdió el placer de la nocturna lectura. Pero claro, él ya no lo necesitaba porque se había convertido en el protagonista de su propia novela, que, en resumidas cuentas, no era otra cosa que su propia vida.
Y aquí queda la pregunta: ¿qué es más real y más satisfactorio: la vida que acontece (los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa, Machado dixit) o la vida que se imagina y se (re)construye con palabras?

Paco Ayala Florenciano

Juegos y acertijos para el finde

Como parece que la lluvia no nos va a dejar salir mucho el fin de semana, os proponemos unos juegos para esas tardes pasadas por agua:



- Caballeros y escuderos:

Érase una vez una isla donde todos los habitantes eran caballeros que siempre dicen la verdad, o escuderos, que siempre mienten. Con estos datos trata de adivinar un clásico de estos acertijos:
Un extranjero se encuentra con tres habitantes de esta isla:
Le pregunta a A: "¿eres caballero o escudero?", A le responde algo que no consigue entender.
Le pregunta a B: "¿Qué ha dicho A?", B le contesta: "A ha dicho que es escudero".
Entonces C dice: "No creas a B, qué está mintiendo".
¿Qué son B y C?
¿Se puede saber qué es A?



- Los tres cofres:

Una princesa tenía tres cofres, de oro, plata y plomo. En uno de ello había escondido su retrato y retó a sus pretendientes a que adivinaran en cuál de ellos se encontraba para poder casarse con ella. Los cofres tenían una inscripción, y sólo una de ellas decía la verdad:

Estos acertijos, sus soluciones, y muchos más en: ¿Cómo se llama este libro? de Raymond Smullyam. No es una adivinanza, el libro se llama así. Y está en nuestra Biblioteca.

Imposible, sí


Imposible ha sido contar hoy con las primeras definiciones osadas, de palabras que comenzasen por A, B, C o D, de nuestro Dikcionario Hinposible: la gripe H, el virus G, el fin de semana X y alguna que otra Y nos lo han impedido.
Sin embargo, no os vamos a dejar con las ganas de conocer el gusto de esas acepciones tan personales como verdaderas. Como muestra y, para abrir boca, os ofrecemos (desde luego, fuera de concurso) las de un indio con madreñes:



arma
Dícese de la vehemencia del miedo.
animal Tú mismo, pero dormido.
barítono Cantante de bares bajos.
boda Acto por el que se regulariza el amor contra alguien. En sus variantes más severas sólo prescribe por muerte de una de las partes.
caviar Masivo aborto que en el pasado llevó a la extinción del imperio romano por falta de Centuriones.
cara El reflejo del espejo del espejo del espejo del reflejo del alma, con suerte, con mucha suerte.
deuda externa Hipoteca permanente del futuro de países que desconocen qué es la deuda, qué es un país y qué es el futuro.
diferencia Lo justo para comprobar que soy mejor que tú, al principio en algo y posteriormente que tengo más derechos en lo que sea, ¿te queda claro?

Quijoterías (2) Ignaros

Después que don Quijote hubo bien satisfecho su estómago, tomó un puño de bellotas en la mano y, mirándolas atentamente, soltó la voz a semejantes razones: —Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. (D.Quijote, I, XI)


¿Imagináis lo atónitos que debieron de quedarse aquellos rudos e ignaros cabreros al escuchar el retórico discurso de nuestro Don Quijote sobre el tópico renacentista de la edad dorada? En esta dualidad dialéctica entre realidad y fantasía, entre lo que es y lo que uno sueña que debería ser, entre lo posible y lo utópico, reside la clave interpretativa de la obra cervantina: un trasnochado e iluso caballero andante por los adustos y ramplones campos de Castilla.
Pues algo así nos sentimos a veces (quizás demasiadas) los profesores cuando tratamos de impartir enseñanza en nuestras clases, rodeados de indolentes adolescentes a quienes lo único que les preocupa es el final de la clase -que no la finalidad-, no llevar demasiados deberes -mejor ninguno- para casa o -en el mejor de los casos- solamente aprobar. Lo de aprender, aprovechar el tiempo, superarse y progresar física y mentalmente ya son palabras mayores o puras excepciones para los buenos alumnos, que siempre los hay y menos mal.
Es cierto que muchas veces (quizás demasiadas también) lo que les ofrecemos a nuestros pupilos no les interesa lo más mínimo, bien porque les parece completamente inútil e innecesario para afrontar y entender su mundo cotidiano, bien porque les resulta intrincado, complejo y excesivamente dificultoso habiendo como hay tecnología accesible y barata que facilita y acorta la labor cuando no “piensa” y resuelve por nosotros. Es cierto, reconozcámoslo. Todavía en las aulas carecemos de medios acordes con dicha tecnología; todavía los profesores no sabemos bien cuándo ni cómo usarla y -lo que es más grave- nos vemos refrenados e impedidos de dar rienda suelta a la experimentación e innovación pedagógica por los periclitados currículos que aún hoy se obstinan en mantener las administraciones educativas. Sí, proclamémoslo una vez más: es cierto y merece una profunda reflexión y un cambio de rumbo sereno, concertado y firme a la vez.
Pero no lo es menos que para que esta revolución de calado se produzca también hace falta un cambio profundo y radical en la actitud de los discentes, de los estudiantes. Para empezar, es preciso que acudan a clase con verdadero espíritu de estudiante -no olvidemos la etimología de estudiar: ejercitar el entendimiento para alcanzar o comprender algo-; es preciso asimismo que lo hagan acatando -con convencimiento, no por imperativo legal- el principio de autoridad de su profesor o maestro. Si bien es verdad que este principio no es una cualidad innata del docente, sino que se gana a pulso, con trabajo, mostrando y demostrando nuestro saber, nuestra autoridad en la materia que impartimos y nuestra autoridad moral como adultos maduros y responsables. Y siempre y en toda circunstancia -y esto se adquiere sobre todo en el seno familiar- ejerciendo el respeto como máxima (a sí mismo y a lo ajeno), entendiendo la educación como el mejor regalo que la sociedad se hace a sí misma, como el pilar insustituible de una edad dorada que ni antes la hubo (ojo: absténganse recalcitrantes impostores de la vuelta al pasado como solución) ni existe aún, sino que está por llegar, que la estamos construyendo como utópicos quijotes, pero que a buen seguro llegará con buen corazón, coraje suficiente y aprendiendo de las caídas.

Paco Ayala Florenciano