Quijoterías (7) Desconcierto


—Si todos los que bien se quieren se hubiesen de casar —dijo don Quijote—, quitaríase la eleción y juridición a los padres de casar sus hijos con quien y cuando deben, y si a la voluntad de las hijas quedase escoger los maridos, tal habría que escogiese al criado de su padre, y tal al que vio pasar por la calle, a su parecer, bizarro y entonado, aunque fuese un desbaratado espadachín: que el amor y la afición con facilidad ciegan los ojos del entendimiento, tan necesarios para escoger estado, y el del matrimonio está muy a peligro de errarse, y es menester gran tiento y particular favor del cielo para acertarle. Quiere hacer uno un viaje largo, y si es prudente, antes de ponerse en camino busca alguna compañía segura y apacible con quien acompañarse; pues ¿por qué no hará lo mesmo el que ha de caminar toda la vida, hasta el paradero de la muerte, y más si la compañía le ha de acompañar en la cama, en la mesa y en todas partes, como es la de la mujer con su marido? La de la propia mujer no es mercaduría que una vez comprada se vuelve o se trueca o cambia, porque es accidente inseparable, que dura lo que dura la vida: es un lazo que, si una vez le echáis al cuello, se vuelve en el nudo gordiano, que, si no le corta la guadaña de la muerte, no hay desatarle.
                                        (Don Quijote, II, XIX)




    No sin cierto desconcierto y sentida congoja observo cómo a mi alrededor el que yo creía firme basamento del matrimonio se va desmoronando a pasos agigantados: separaciones, divorcios y rupturas son moneda corriente en los tiempos que corren y cada vez más cerca y en los más allegados. El signo de los tiempos, el sino de una historia de raigambre judeocristiana que hemos venido arrastrando milenios y que ahora está haciendo aguas y hay al fin que arrostrar con valentía, templanza e inteligencia. Vivir para ver.
    El lazo matrimonial ya no es sempiterno -como quiere Don Quijote-, ni siquiera a medio o largo plazo. El único compromiso contractual vigente es el  del amor, o quizás mejor el del enamoramiento, el de la duración inestable e inconstante del sentimiento amatorio hacia la misma persona. Factor inseguro donde los haya y sujeto como nunca a las veleidades de la fortuna, o del entorno laboral, o de la red de relaciones cada vez más promiscua,  reticulada y extensa. No hay por qué resistir, aguantar ni sufrir el “nudo gordiano” del desposorio. Si no se lleva con felicidad, o al menos con holgura, nadie está obligado a soportarlo -más allá de lo que aconseje la prudencia- como una condena. Libertad, divino tesoro -permítaseme la paráfrasis rubeniana-, has llegado para quedarte y bienvenida seas por siempre.
    El problema surge, como siempre, de las honduras del inconsciente, de la desazón incontrolable pero inapelable del sentirse solo y desvalido in hac lacrymarum valle. Uno sólo ve la puerta que se cierra, no la que se abre. O, como dice de otra manera Rabindranaz Tagore: Si de noche lloras por el sol, no verás las estrellas. Lo cual, aunque archisabido y archileído, no exime de dolor, del necesario proceso del duelo.
    Morir para renacer. Navidad, solsticio invernal -mejor aún-, la luz de la dicha que va ganado terreno a la noche oscura del alma. No esperar nada, porque el que espera se desespera. No esperar nada, porque mientras esperas no disfrutas del único presente vivo y real en el que estás gozosamente -sí, gozosamente, a pesar del sañudo victimismo que nos atenaza- fluyendo.
    Y beber hasta embriagarse del cáliz del amor terrestre y cotidiano de tu prójimo más cercano y carnal y vulgar e inadvertido. Tan cerca y tan lejos.
    Danos hoy el pan de cada día. Amén.


                                    Paco Ayala Florenciano

2 comentarios:

  1. Porfa... una letra más grande, que me cuesta autoleerme hasta en mi iMac de 20". Ah, y le falta el 2º título: "Desconcierto". Bueno... erratas de imprenta. Gracias por estar ahí y publicarme, y publicarnos, y seguir alumbrando este "tenebrarum valles".

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  2. Tus deseos siguen siendo órdenes. Pero que conste que mi MacBook se porta como un campeón a pesar de la edad, es este dicho blogger que de vez en cuando hace lo que le da la gana y la red que se congeló esta mañana en el IES y esta señorita que no tiene tiempo para nada. Más abrazos y no te preocupes que pronto llegará la luz: con la próxima crisálida.

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