Dikcionario Hinposivle

Os proponemos hacer un libro. Sí, así como suena: un libro. No uno cualquiera, no, vamos a hacer un libro que debiera traerlo todo. Vamos a construir el diccionario de nuestras verdades. Sí, ya sabemos que es inabarcable, un rollo enorme, puff qué coñ… No será otro diccionario, será Nuestro Diccionario, porque el oficial tiene definiciones aburridas, palabras que deberían significar otra cosa, algunas que nos gustaría que se escribiesen de otra forma, palabras por inventar, aquellas a las que habría que cambiarles el sonido, algunas demasiado serias como si les faltase humor. Hay tanto por cambiar que merece la pena intentarlo, pero como es mucho lo haremos por entregas o letras y quincenalmente.

Aunque lo parezca esta idea no es muy original ya se le ocurrió a un tal Ambrose Bierce (1842- ¿1914?), un escritor corrosivo de vida azarosa y muerte aún más misteriosa. Su temperamento se fue agriando de tal manera que le apodaban “Bitter Bierce”. Se volvió tan descreido de la sociedad de su época que decidió publicar su particular diccionario, “El diccionario del Diablo”. Rezuma cinismo, puro ácido, humor e incluso en algunas palabras ternura y melancolía. No encontraréis ni una gota de hipocresía ni atisbos de “lo políticamente correcto”, eso tan de moda en nuestros días. Nosotros podemos intentar añadir a la receta algo de ilusión, belleza, ironía, y desde luego originalidad. Si os sirve de ayuda ahí van alguna de sus definiciones:

Adolescente: Dícese del que se está recuperando de la niñez.

Amistad: Embarcación capaz de llevar a dos personas si hace buen tiempo, pero solamente a una cuando el tiempo es malo.

Cacarear: Celebrar el nacimiento de un huevo.

Celos: El peor lado del amor.

Circo: lugar donde se permite a caballos, ponies y elefantes observar a hombres, mujeres y niños que se hacen los tontos.

Consejo: La moneda menos valiosa que hay en circulación.

Costumbre: Las ataduras del hombre libre.

Culpable: El otro tipo.

Erizo: El cactus del reino animal

Fotografía: Cuadro pintado por el Sol, sin necesidad de aprender arte.

Género: El sexo de las palabras.

Indefenso: Incapaz de atacar.

Justicia: Mercancía más o menos adulterada que los estados venden al ciudadano como premio a su obediencia, impuestos y servicios personales.

Juventud: Periodo de lo posible.

Libertad: Una de las posesiones más preciadas de la Imaginación.

Nariz: Protuberancia del rostro humano, que comienza entre los ojos y termina en los asuntos ajenos.

Ortografía: Ciencia de deletrear con el ojo en vez de hacerlo con el oído.

Precoz: Niño de cuatro años que se fuga con la muñeca de su hermana.

Sabiduría: Clase de ignorancia que distingue al estudioso.

Solo: En mala compañía.

Teléfono: Invento del diablo que anula la ventaja de mantener a distancia a una persona desagradable.

Cada quince días, pues, propondremos las letras y seleccionaremos, entre vuestras definiciones, las más originales que se publicarán en el blog con el nombre del “culpable” o “perpetrador”. El anonimato no tiene valor en este caso, pero fíjate qué juego da este palabro: ano – ni – mato. Al final cuando hayamos recorrido el abecedario haremos otra selección y compondremos nuestro diccionario particular. Habrá premios.

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